La primera impre-sesión

Buenos días.
Con éste ya van dos seguidos, el de ayer y el de hoy. Pero tranquilos, no soy tan constante para escribir tan seguido. Qué más quisiera yo. Sólo que me ha venido a la cabeza algo que contar con lo que he vivido hoy de buena mañana. 

Hace un par de meses tuve un golpe tonto con el coche. ¡No fue culpa mía, lo prometo! Fue en un día lluvioso en el que el coche de delante frenó del golpe (haciendo una típica "pirula"), yo lo vi y conseguí frenar, pero el de detrás no tuvo tanta vista y... me dio. Al coche no le pasó absolutamente nada y pensaba que a mí tampoco, pero me equivoqué. Desde entonces he estado un tiempo con dolores, no muy fuertes, pero sí incómodos y hoy, esta mañana, a las 08.15 h he tenido mi primera sesión de rehabilitación en el fisioterapeuta. 

Llevo media vida en ellos y muchos se han hecho ricos a mi costa, os lo aseguro. No es que yo esté mal hecho (aunque ahora que lo pienso, a lo mejor sí), simplemente que he exprimido el cuerpo demasiado a base de hacer deporte y lo he pagado a base de esguinces en ambos tobillos, rotura de ligamentos, pubalgia, rotura de radio (es un hueso del brazo, por si hay duda, jeje), rodillas...y ahora espalda. Vamos que tengo más teclas que un piano. Pero yo sigo a la mía. No hay quien me pare cuando quiero hacer algo que me gusta. Y el deporte, por qué no decirlo, es casi mi vida. A pesar de las consecuencias. 

¡Auch! Ya me he vuelto a ir por los Cerros de Úbeda contando mi vida y milagros. ¡Si es que no se me puede dejar solo escribiendo! 


Volvamos al hoy. Volvamos a las 08.15h. Y trasladémonos todos a una sala con máquinas y camillas para "reparar" esas dolencias físicas fruto de un golpe, de una lesión o de la edad.

He llegado el primero y, cabecita loca la mía, lo primero que me han dicho es que hoy no me tocaba ir, que mi primera sesión era el jueves siguiente. Pero ha dado igual. Una de las fisios me ha dicho "Tranquilo, que intentamos hacerte un hueco".
Segundos después ha llegado la Fisio Oficial, con una hermosa sonrisa a juego con su manera de dar los buenos días y me ha dicho "Ahí tienes el vestuario, hoy empieza tu primera sesión. Bienvenido".

Así calificaría mi primera "impre-sesión":
- Amabilidad.
- Ternura.
- Predisposición
- Cariño
- Educación
- Paz

Todos decimos y pensamos que la primera impresión es la que cuenta. Y es cierto. Pero no al 100%. En realidad ni al 90%.  ¡Qué demonios! La primera impresión cuenta pero en el porcentaje que tú quieras. 
¿Me estoy volviendo aún más raro? No, en realidad ya vengo así de serie.
Pero vale, tranquilidad, voy a justificar lo que he dicho (no mi raruna que de esto nadie me salva).

Leamos a partir de ahora, que va lo serio. 
La semana pasada comenté en la oficina que iba a ir a rehabilitación al lugar donde he ido hoy y una compañera dijo que ella ya lo conocía. Instantes después empezó a tirar fuego por la boca sobre las chicas que trabajaban allí. 

Y ahora me pregunto, y os pregunto, ¿cuántas veces nos ha pasado algo parecido? Personas hablando mal de otras personas que aún no conocemos o conocemos poco. Es el pan de cada día. Y ahora, pensemos... ¿cómo hemos actuado ante esas personas a partir del momento en que te han hablado mal de ellas?

Es una pena, pero cuántas veces no hemos dado oportunidades a tener una primera impresión de una persona por decisión propia. Sinceramente, opino  que estamos demasiado condicionados por lo que dicen los demás. Los demás son los demás, tú eres tú y esa persona es esa persona que tú debes valorar. Por favor, que no lo hagan los demás por ti. 

Por eso hoy he aprendido una lección nueva que quería compartir. No es malo del todo que "pre-conozcas" por boca de otros la opinión que se tienen de ciertas personas pero, al final debes ser tú, y sólo tú, quien decida y tenga esa impresión propia sobre los demás. ¿Quién sabe? Igual, por actuar así, esa persona se convierte en un buen amigo, una increíble amiga o hasta en el amor de tu vida. Porque tu vida es tuya y debes decidir tú con quién compartirla. Los demás se limitan a opinar, a su manera y de forma subjetiva debido a sus experiencias, qué es lo que no te conviene. Y eso no es bueno para ti. Ni sano. Ni justo.

Por cierto, mañana tengo mi segunda sesión y seré yo quien me anticipe a dar uno de esos buenos días con sonrisa de oreja a oreja (espero hacerlo igual de bien que ella). Y ya decidiré yo si mi impre-sesión ha sido buena o no respecto a ellas. Por ahora sí y, si no hubiera sido así,  estoy preparado para dar esa nueva oportunidad a quien la quiera y la merezca. 

XR

Vamos a la camilla de las conclusiones:

Los demás son los demás, tú eres tú y esa persona es esa persona que tú debes valorar. Que no lo hagan los demás por ti. Así de fácil. Decide tú quién te merece la pena y quién no. A ese acto vamos a llamarle...PERSONALIDAD.

Ésa gran verdad a medias: "La primera impresión es la que cuenta". A veces no hemos empezado con buen pie en el primer contacto con una persona. Pero la experiencia me dice que las oportunidades hay que darlas a quien puede merecerlas. Quién sabe. A lo mejor acaba saliendo bien. 

- Hablar mal de alguien es "caca".  Cada uno es como es. Puede caerte mejor o peor, pero no malgastes el tiempo en predicar que esa persona no es santo de tu devoción. Inviértelo en hablar bien de los que sí que te merecen la pena.

- No te conformes con ver el mundo tras el cristal...



*Si lo hubiera dicho Juan Luis Guerra habría sonado como "Tranquilo, Bobby, tranquilo" en su canción El Niágara en Bicicleta. Recomendable hasta hartarme. Algún día caerá por aquí. Hoy os lo dejo solo en enlace... ;)







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