¡Al fin (de semana) llegó!

Felices y perezosas mañanas de viernes, 

Tras cuatro días de madrugones, llegamos al día en el que todos deberíamos despertarnos dando un brinco de alegría. 

Y es que el fin de semana está ahí. Un fin de semana que genera aproximadamente el 85% de la felicidad de una persona. Este dato me lo acabo de inventar yo. Soy así de chulo. Pero, ¿a que nadie es capaz de llevarme la contraria? Más que nada porque todos sabemos que en estos dos días y medio tenemos la innata habilidad de cambiar radicalmente el chip y producir en nosotros una alegría descomunal. El cómo se consiga no importa. Puede ser quedando con amigos, viendo a la familia, haciendo una escapada, escribiendo a esa personita a la que le propones un plan pensado exclusivamente para ella o, simplemente, tumbándote en el sofá y no hacer nada de nada de nada. Ya os digo. El cómo no importa. Ni hace falta que me lo cuentes, porque cada uno tiene sus preferencias. Lo realmente importante es el fin...¿Y cuál es el fin? La Felicidad, que empieza con F de Fin de semana. ¿Casualidad? No lo creo.

Aún así, voy a ir un poco más allá. Tengo la puñetera manía de ir más allá hasta caerme, de tensar la cuerda hasta romperla y de tantas otras formas de no poner freno a lo que hay que poner freno que a veces me da por plantearme si parar. Pero, claro, solo me lo planteo. No lo hago. No sé parar.

Lo que vengo a decir es que el fin de semana genera, y por aplastante mayoría, las dosis de felicidad que nos hacen disfrutar de la vida. De hecho hay una famosa expresión que dice algo como: "sobrevivimos entre semana para poder vivir el fin de semana"
He aprendido a ponerle trabas a esa afirmación. Y es que algunos de los grandes momentos que he vivido últimamente han sido, precisamente, entre semana. ¿Que qué ha sido? Ayyy... Eso no te lo voy a contar. Pero es así. No tienes por qué ponerte un plazo o una fecha para ser feliz. Busca esa felicidad en los huecos que antes pensabas que estaban reservados para la rutina. Te aseguro que merece la pena. Eso sí, los madrugones seguirán siendo los mismos pero habrás ganado un bonus extra de felicidad que te hará afrontar cada día de entre semana como nunca lo habías imaginado. 
Y después de todo esto, ¿cenamos el martes? Invito yo ;)

XR


Conclusiones para sobrevivir:

- Para despertar con una sonrisa debes acostarte también con ella. Acaba feliz cada día. No importa que sea lunes o domingo. Al fin y al cabo, aunque tengan nombres distintos, todos son días, ¿o no? Y todos son tuyos. No los infravalores. 

- "Felizdiad". Esto se me acaba de ocurrir. Soy un chascarrillero e inventor de palabras (cómo la RAE se entere de esto me encarcelan!). Pero eso así. Felicidad+día=Felizdiad. De lunes a domingo. Esto ya lo hemos hablado ;)

- Hasta el infinito y más allá. Lo que diga Buzz Lightyear va a misa. Nunca te conformes con lo que está establecido ni con lo normal. Sé curioso, proactivo y deja que te llamen raro. Coherente, pero raro. Y, a veces, no seas ni coherente. Muchas reglas se cambiaron por atreverse a saltárselas.

- No tienes por qué ponerte un plazo o una fecha para ser feliz. Busca esa felicidad en los huecos que antes pensabas que estaban reservados para la rutina. (Esto me ha gustado, así que lo repito). 

- "Mírame, soy feliz. Tu juego me ha dejado así" (Vetusta Morla y su Otro día en el mundo...)


Nota: Este grupo es para mí como la kriptonita para Superman. Mi gran debilidad.








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