Entre el decir y el hacer...

He vuelto. No es tan fácil deshacerse de mí, sobre todo, cuando tengo algo que decir. 
Básicamente, en esta vida, estamos para decir y hacer. La forma, el lugar y la manera ya es cosa de cada uno. Decir y hacer...da igual el orden.

Hay personas que hacen sin decir (éstas me gustan mucho). Hay otras que dicen sin hacer (éstas me gustan poco o nada). Pero las buenas buenas son las que hacen y, cuando es oportuno, también dicen con las palabras más precisas lo que tienen que decir. 

Este año podría asegurar que ha sido uno de los más duros de mi vida en todos los sentidos: asuntos de familia, asuntos de trabajo, asuntos de salud, asuntos de amistad y, cómo no, de amor. 

Sin embargo, en todos he dado la cara y he dicho y/o hecho lo que pensaba que tenía que hacer. Esto me ha hecho aprender y madurar muchísimo. Como consuelo, podría decir que es lo bueno de un mal año. 

Algo que no me consuela lo más mínimo es la decepción que me han producido dos personas en particular en el "asunto amor" (los demás asuntos me los guardo para mí).
Y no significa que sea un desilusión porque no haya pasado "algo más". Si no por el "no decir ni hacer". 
He asumido, en cualquier aspecto de la vida, que las cosas pueden salir bien o no. Pero si no salen y hay dos personas implicadas, debemos ser honestos y dar la cara. En estos dos casos, en los que, sinceramente he dicho y hecho mucho en todo momento, ellas no fueron capaces de decir ni de hacer al final. Y lo más triste de todo es el parecer no importarles después de todo lo vivido. 

Y ahora me pregunto... ¿Debo estar decepcionado con ellas? ¿O debo estar decepcionado conmigo mismo por caer dos veces en el mismo error? Reconozco que he perdido el tiempo. Y mira que es válido el puñetero. 

Aún así, como he dicho antes, yo seguiré diciendo y haciendo, pero de otra forma. Espero que esta nueva forma de actuar merezca la pena. 


Las conclusiones:

- En esta vida estamos para decir y hacer. De lo contrario, poco valor tenemos en este lugar llamado mundo.

- Las cosas se hablan. Para eso tenemos boquita e inteligencia. Sé honesto contigo mismo y con los demás. Si tienes corazón, te aseguro que dormirás más tranquilo.

- Nunca es tarde si la dicha es buena. Pues eso, que sea buena.

- Dímelo, dímelo... 

















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