Nunca la dejes marchar…

Ella le conoció. Él se quedó impactado al descubrir su primera sonrisa.

Ella se divirtió enseguida con sus bromas. Él temblaba con tanta ternura.

Ella dudó si empezaba a sentir  algo más. Él también, aunque lo tuvo claro en cuestión de segundos.

Ella quería creer  que no era posible. Él empezó a creer que era imposible que no lo fuera.

Ella empezó a buscar excusas para no verse por miedo a equivocarse. Él la veía cada noche a través de sus sueños y recordaba, una por una, la maldita dulzura de sus gestos.

Ella quería convencerse de que no lo necesitaba. Él buscaba motivos, sin éxito, para ver cómo “desidealizarla”.

Ella quería pensar que eran polos opuestos. Él no era capaz de entender por qué tenían tantas cosas en común.

Ella empezaba a dejar de lado sus dudas infinitas. Él la llamaba “Pequeña…”.

Ahora Ella necesitaba saber de él, aunque no se lo dijera. Él deseaba saber de ella, y se lo decía.

Ella se ponía nerviosa cuando hablaban. Él también.

Ella quería dejarse llevar. Él ya se había dejado llevar, sonaba demasiado bien.

Ella era única. Él lo sabía.

Ella pensó que también  él era único. Él, entonces,  la secuestró… y la besó.


Ahora Él no quiere dejarla marchar. Y Ella no quiere que él le deje marchar.


XR




Let her go
(Passenger) 

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