Eso sí que es una auténtica locura

“Búscate a una loca, de las de remate.
De la que cuando piensas que no puede hacer algo más estúpido, 
va y te sorprende con algo inesperado...”

Una de esas que no entiendas sus reacciones y te dé por pensar.
Por cuestionarte todo y por querer cuidarla y protegerla ya que parece que algo le pasa.
Búscate a la que cometa sus propias locuras, sin contar contigo, y confía en ella.
Porque eres así. O quieres ser así. Respétala. Mímala y perdona esas locuras. Todas. Porque si aguantas, si soportas todo eso, te amará con locura. 
Porque eso es el amor y eso es lo que dice esta especie de poema, ¿verdad?

No, en serio. Dormilón despierta, déjate de tonterías y búscate una persona normal. 
Que haga locuras, sí. Pero por ti. Y contigo. 
Que te mime. Que te abrace. Que te eche de menos hasta cuando bajas dos minutos a comprar el pan. 
Ésa misma. 
La que te cuide. La que te quiera y la que no se cuestione una y otra vez si eres o no tú la persona que quiere que acompañe a su alma gemela.
A la que no tengas que convencer y la que no se obligue en auto-convencerse de nada.
Ni ayudada por frases de canciones. 
Ni ayudada por frases típicas de reflexión. 
Ni por fotos o imágenes. 
Ni dejándose llevar por otras opiniones que en ese momento parece querer escuchar. 
Eso no suena, precisamente, demasiado bien. 
Porque tú eres para ella mucho más que eso. 
Y porque, sencillamente, tú la completas.

Busca esa chica normal que, por supuesto, también reirá a carcajadas. 
Dónde y cómo sea. Porque es natural, alegre y siempre, siempre, positiva. 
Esa chica con la que te cuentes los chistes más malos del mundo
y los exprimáis al máximo, aunque nadie más los entienda. 
Vosotros os seguiréis riendo. 
Hasta encontrar otro chiste peor del que volver a reíros a carcajadas. 
Y así... Toda la vida.

Busca esa chica que cante como si no hubiera un mañana.
Quedándose con las frases más alegres de cada canción. 
Y grabadlas a fuego para siempre. 
En tu cabeza.
En un papel.
En una pared.
En tu cuerpo. 
Y, por supuesto, que también le guste la lluvia y empaparse contigo.

Esa chica normal que entiende que la palabra nosotros significa equipo. 
Que valore los detalles, los gestos y los esfuerzos en situaciones complicadas.
Porque el equipo está por encima de las individualidades.
Porque si haces algo, es por los dos. 
Porque en este equipo no hay espacio para el orgullo.
Porque si hay una victoria es conjunta.
Y si hay una no victoria, también. 
Siempre es cosa de dos.
Sólo de dos.

Busca esa chica que te hable constantemente y sea sincera.
Mentalizada en mejorar sus defectos y explotar sus virtudes.
Que tampoco se calle nada y que te haga aprender
también a ti de tus errores o descuidos.
Porque si crecemos, crecemos juntos.

Esa chica que con miraros podáis deciros todo.
La que no te pida abrazos. 
Que te los dé como si fueran los últimos. 
Aunque habrá más. 
Muchos más. 
Seguro. 
Que no te pregunte si la quieres, porque ya lo sabe. 
Y, aún así, le vas a responder un SÍ con mayúsculas. 
Una y otra vez. 
Esa chica que se le carguen los gemelos de tanto ponerse de puntillas para alcanzar lo que más quiere. 
A ti.

Búscate esa personita normal que si te quita el sueño por las noches,
no sea porque te genera preocupaciones si no porque
te está besando y abrazando tan, tan fuerte,
que por momentos llega a ahogarte. 
Sí, pero de placer. 
Y de calma. 
Y de armonía. 
Y de equilibrio. 
Y de paz.

Búscate a esa persona que reza para que no se acabe
cada segundo en la cama que comparte contigo
y te coge del pantalón del pijama para notarte.
Básicamente, porque teme que llegue el amanecer.
Ese amargo momento del día en el que sabe que tiene
que separarse de ti para que hagamos esas cosas ordinarias,
rutinas de cada día, que a todos nos toca hacer...
Y que, aún así, esa rutina le carga de energías
porque sabe que al final del día llega la noche y que,
en cada noche, volverá ese mejor ratito del día. 
Juntos. 
Eso sí que es una auténtica locura.



Búscate esa persona que quiera ser normal, porque ella también te querrá con locura.



"Ella sonríe y devora la vida, 
él devora la vida y sonríe"


(Iván Ferreiro)





*Nota: Aquí el poema original, para quien no lo conozca.


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