Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2013

Un año son 365 días, tirando por lo bajo.

Imagen
Buenos días a la antesala del 2014.  Apenas quedan 8 horas (lo que viene siendo una jornada de trabajo legal o las horas ideales de dormir según los expertos) para que todo nuestro 2013 pase a la historia. Este año, probablemente uno de los más turbulentos que conozco en política, en economía, en cultura y en todo lo que nos afecta socialmente. De ahí que nuestra actitud y nuestras caras muchas veces hayan cambiado radicalmente de expresión y, es más, hayamos sido capaces de discutir sobre nuestro presente y futuro cuando nunca nos afectaban estas "chorradas de mayores". A pesar de todo ello, nunca nos olvidemos de lo primordial: nosotros y los que nos rodean somos los más importantes, los que nos hacemos felices. Que nada ni nadie nos quite eso, ni nos cambie, por favor. Hay 365 días al año (y 366 cuando nos regalan uno cada cuatro años, son así de majos) y aun siendo cierto que alguna vez nos llevamos algún que otro "palo", siempre tenemos la oportunida

PONERSE DE PUNTILLAS

Imagen
Cuando era pequeño me ponía de puntillas para ver cómo pasaban los Reyes Magos con mis regalos en la cabalgata. Sobre todo a Melchor, el de la barbita blanca. También lo hacía para señalar en el kiosko las chuches que quería comerme esa misma tarde. A veces lo hacía para intentar tocar la luna. De esto mejor ni hablamos. También solía alzar un pelín los deditos de los pies cuando iban a medirme. Estoy convencido de que la línea que se iba pintando cada 6 meses en la pared de mi casa siempre estuvo por encima de mi estatura real. Ya un poco más mayor, me ponía de puntillas para que en las fotos de amigos pareciera más alto que el resto.  También era un estado casi natural en los conciertos que asistía. Menuda visión te daban esos 10 centímetros extras. Y ahora, tantos años después, me he dado cuenta de que no soy el único que se pone de puntillas para alcanzar algo que le importa, que necesita y que cuida. Y es que ponerse de puntillas, sin importar la edad, no es más que q