Venga va, no me hagas el Indie...


Hola amig@s,

En los últimos años han cambiado notablemente mis gustos musicales. Supongo que es algo que nos sucede a todos a medida que vamos creciendo. Nos aburre lo que escuchamos o vemos con asiduidad y buscamos experiencias nuevas. La música, por supuesto, no es una excepción.

Yo era carnaza de los 40 principales y, si me apuras, de Cadena Dial. Vamos, pop-rock español, para que os hagáis una idea. Además, soy muy cantarín (que no cantante) y el hecho de que escuchara música española me ayudaba bastante a soltar esos gallitos que tanto espantaban a los que tenía alrededor.

En fin, gracias a las recomendaciones de la gente y, por qué no decirlo, también por la curiosidad propia de un servidor, a día de hoy, he consolidado mi nueva preferencia musical: el Indie.

Tengo que reconocer que al principio no me gustaba mucho. De hecho, hasta casi echaba pestes de ella. “Que si es de modernos sin personalidad”. “Que si eso es todo ruido”. “Que como mi pop-rock no hay nada”…

Me atrevería a decir que el estilo Indie es como el tabaco. La primera vez que lo pruebas lo detestas y hasta pones una cara poco menos que la de El Fary comiendo limones (dicho con todo el cariño del mundo, por supuesto). Sin embargo, te apetece volver a probarlo. Y luego otra vez. Hasta que llega un momento en el que se convierte en una adicción. Y eso que yo no fumo (ni he fumado, ni fumaré), pero por lo que me han contado parece que el síntoma es el mismo. ¡Qué malo es el vicio!

Tengo que confesar que mi primera canción oficial Indie fue una de Love Of Lesbian, ni más ni menos que Club de Fans de John Boy. Yo andaba por Youtube buscando canciones que me inspiraran para crear un anuncio en la agencia donde trabajaba y, de repente, ¡zas!, hice clic y en poco más de 3 minutos me convertí en un auténtico fan de John Boy, de Love of Lesbian y de la música Indie. Literalmente. La escuché una y otra vez hasta que tuve la fuerza de voluntad de dejarla en paz un rato para ver cómo se las apañaban con el resto de canciones. Un día en el Parque, Algunas Plantas… Todas eran geniales y no tardé mucho en levantarme de mi sitio para contarles a mis compañeros mi gran descubrimiento. Ellos ya los conocían. Qué desilusión la mía. Con lo que me gusta ser el primero en promover una tendencia... Y a la vez, qué ilusión. Era el momento perfecto para que me sugirieran nuevos temazos. Esto prometía, sin duda.

El tiempo hizo que fuera a más. Curiosamente, la semana siguiente, una amiga con ciertos contactos interesantes en el mundo de los espectáculos me invitó a mí y a dos amigos más a un concierto de unos grupos llamados “Mando Diao” y “Vetusta Morla”, o algo así, dijo ella. Como me apunto a un bombardeo no dudé un momento en aceptar la invitación. Soy un culo inquieto con mayúsculas.

El caso es que este concierto me confirmó que la música Indie era “mu buena mierda”. Y Vetusta Morla… ¡muy,muy top!

Qué más decir. A partir de ahí he ido conociendo nuevos grupos, como Supersubmarina (ya sabéis de posts anteriores mi amor incondicional hacia ellos), Niños Mutantes, Miss Caffeina, Lori Meyers, La Habitación Roja, Sidonie,  Los Planetas…

Y después de esta bonita historia, la cual podría ser muuuuucho más larga, de encuentro y amor que os he contado entre el Indie y yo, tengo que ponerle un pero a esta relación. Sí. Porque no existe la pareja perfecta. A veces falla uno. A veces falla otro. Y ocasionalmente…los dos.

Lo que más me preocupa y desilusiona del Indie, y lo he gritado a los cuatro vientos, es la gran cantidad de canciones que hablan del desamor, de tristeza, de lo que pudo ser y no fue. ¿Por qué? Creemos que nos gustan porque consiguen acercarnos a nuestra realidad. Pero, lo siento, yo no estoy de acuerdo. Yo no quiero que una canción triste me recuerde a una persona, ni a un mal momento, ni a algo que pude tener y no tengo. No me parece justo que sean  ellas las que me tienen que recordar esa situación. Muchas son canciones demasiado buenas como para que se rebajen de esa forma. Y, sobre todo, nosotros somos demasiado buenos como para rendirnos a sus palabras y asumir ese, hablando bruscamente, fracaso.

Si te acuerdas de una persona que te importa gracias a una canción triste, mal asunto. O quizás, no. A ver qué os parece… ¿Por qué no le damos una vuelta y hacemos que esa canción multiplique su significado en positivo? No pienses en lo que no puede pasar. Piensa en lo que quieres que pase.  Y hazlo. Hazlo ya. Y luego me lo cuentas. ;)

De todas formas, yo por ahora, voy decantarme por las canciones positivas del Indie, que las hay. Claro que sí. Y muy, muy buenas.


;R


Vamos a dejar de hacer el Indie, es el momento de las conclusiones:

No sólo maduras tú, también tus gustos. La vida se mide en etapas. Quémalas y empieza una nueva. De lo contrario te quedarás anclado en el pasado para siempre.

Sé curioso. Aprende de ti. Aprende de todos. Dicen que la curiosidad mató al gato. Ya, pero aún le quedaban seis vidas para seguir siendo curioso. Pues nosotros igual.

La adicción Vs corazón. Sé adicto, muy adicto a todo lo que no mate a tu corazón.

Maldita dulzura la tuya. Busca lo dulce hasta en lo más salado. Tú y tus papilas gustativas te lo agradecerán.

-          Y tú, sí tú…No serás capaz de odiarme... 





Incendios de nieve
(Love of Lesbian)







Comentarios

Entradas populares de este blog

Una más, una menos

No me digas que te bese, porque te besaré

Bajo el volcán... Y con el impulso del huracán