Stand by me (o "Quédate conmigo")

Ayer fue un día de lo más normal: madrugar, trabajar, almorzar, trabajar, comer, trabajar, salir del trabajo y... ¡partido de Champions!  
En realidad, del único sitio donde podemos rascar algo es de este momento. Y sin, duda, fue un "partidazo". Ahora os cuento.

Quedé con 3 grandes amigos para cenar y ver el partido de nuestro querido Valencia (empató, por cierto). Pero el resultado del partido, como viene siendo desde hace años en cualquier partido que veo, es lo de menos. 
Lo que valoro es el resultado de los momentos y, para variar, el de ayer se volvió a ganar por goleada.
No importa lo cansado que estés, las ganas que tengas de llegar a casa y tumbarte en el sofá o dormir directamente hasta el día siguiente. Eso es rutina. Puñetera y aburrida rutina. 
Lo que realmente importa son ellos. Y ese abrazo sincero de bienvenida cuando te encuentras con ellos. 
A partir de ese momento va todo rodado: puestas al días, bromas, comentarios absurdos, futuras quedadas con más miembros del grupo de amigos, anécdotas, risas, risas y más risas.
Estás tan a gusto que no encuentras el momento de marcharte. Aunque ya no estéis haciendo  nada y aunque mañana tengas que pegarte el madrugón de tu vida. Mañana será mañana. Pero hoy es hoy, y estás con ellos. 

Anoche, de vuelta a casa, me preguntaba: en realidad, ¿cuántos amigos tengo?
Y la respuesta fue contundente. Los que merezco y los necesarios. Y, afortunadamente, son muchos y muy buenos. Con algunos mantengo más contacto que con otros, pero sé que puedo contar siempre con ellos y saben que pueden contar siempre conmigo. Complicidad ami@s, complicidad.

En realidad, no es necesario tener muchos, si no los suficientes como para que llenen tu vida. Hay gente que solo tiene uno o dos amigos, y no necesita más. ¿Cuántos amigos tienes tú? Y hablo de amigos, no conocidos.
Os voy a ser sinceros. Yo hice una pequeña lista mental para cuantificar mis amigos y, sobre todo, cualificar. No significa que unos sean "más mejores amigos" que otros. Solo que unos te aportan unas cosas y otros otras y todos están en esa misma lista. 

Hay una cosa que está clara. Y es que un amigo, para que sea tu amigo, debe formar parte de tu vida. Y, por tanto, debes estar en contacto con él. Así que si alguno de ellos que consideras amigos estás desconectado de él desde hace tiempo... ¡Llámale! Pero no mañana, ¡hoy! Y si puede ser...¡ya!

Él lo agradecerá y será feliz. Tú lo agradecerás y serás feliz. Y yo indirectamente, también por haber hecho de "celestino" de amigos. 

Pero volvamos a esa pequeña lista improvisada. Como diría un artista de la cocina y el chiste: es fácil, sencilla y para toda la familia.

1. Para lo bueno y para lo malo: hay gente que consideras amigos pero realmente solo están en los buenos momentos. Eso es muy bonito. Pero esa gente, ¿te ha ayudado cuándo te ha pasado algo serio? Y, lo más importante, ¿estabas tú ahí cuando le ha pasado algo malo? Recuerda que el éxito de la amistad, como en el amor, es cosa de dos.

2. ¿Qué es lo último que sabes de tu amigo?: Yo pongo un plazo máximo de un mes. Parece mucho pero es lo razonable. Tú tienes tus cosas y él las suyas. No tenéis que hablar todos los días. Eso se hacía en el cole. Ni todas las semanas. Un mes. Tiempo para que en su vida o en la tuya hayan pasado cosas lo suficientemente interesantes/importantes como para contarlas. Por tanto, si ha pasado más de un mes y no sabes nada de él, llámale. Además, seguro que habláis como si fuera ayer cuando os visteis por última vez. Qué grande es eso.

3. El bueno, el feo y el malo: ¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza de esa persona? Yo siempre he pensado que no tiene que ser maravillosa ni perfecta. Eso es aburrido. Pero sí que es importante que el primer recuerdo que te venga de esa persona, el primero, sea lo suficientemente convincente como para que, de una forma u otra, le eches de menos. A mí me pasa. Y a veces es bueno, otras feo e, incluso, hasta malo. Porque "para amigos, colores".

4. Contacto con tacto: Visitar- llamar-escribir. Éste sería el orden. De más personal a menos. De un abrazo físico, pasando por un abrazo sonoro y acabando en un abrazo virtual (qué diferencia, ¿no?) 
Una vez hayáis valorado su amistad, lo dejo a vuestro criterio, según las circunstancias de cada uno y la distancia. 

5. Yo te doy cremita. Tú me das cremita. Una vez vayas a cuchillo a demostrar tu amistad a ese amigo, si él también te considera su amigo, que lo demuestre. No le exijas. Eso saldrá solo. Y " si el amigo no es de beber, déjalo correr", aunque te duela. No pasa nada. Hay muchos manantiales fabulosos en esta vida ;)



En realidad, podría enunciar algún punto más en esta lista, pero con éstos diría que ya se puede filtrar los amigos del resto de personas a las que también se quiere mucho. 


;R



Ahora me despido por hoy con varias conclusiones de un día de lo más normal: 


 - Valora el resultado de los momentos. La vida es como tú quieras que sea. Extrae el jugo de cualquier situación. Es bueno para ti y harás que sea genial para todos los que te rodean en ese momento.

 - Los amigos son como las plantas. Si de verdad quieres que sigan siendo tus amigos, no permitas que se sequen. Sé una regadera constante (llena de agua, claro ;P)

 - Sé amigo de ti mismo. Si tú no te quieres y te valoras difícilmente sabrás valorar lo bueno de los demás. Primero llévate bien contigo mismo. 

 - El secreto de la complicidad. La amistad es cosa de dos. Piensa qué os une y cómo de fuerte es eso que os une. 

 - And darling (friend), darling (friend)...








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